ATREVETE A PENSAR

Pensar, idear, soñar,reflexionar, darle vueltas a las cosas es el camino para cambiar aquello que no nos gusta, para cambiar el mundo. Por eso os invito a aceptar el desafío de pensar.
Sapere aude, ¡Atreveos a pensar por vosotros mismos!

domingo, 6 de noviembre de 2011

Un error sin vuelta atrás

Artículo 15 Constitución Española: “Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral…”
Todos tenemos claro que tenemos derecho a vivir. Pero, ¿tenemos derecho a elegir no vivir?, ¿tenemos derecho al suicidio? En España ese derecho no existe pero tampoco se castiga al que se intenta suicidar y sobrevive porque se entiende que sería una crueldad. Se trata de un tema sumamente delicado y difícil de entender cuando no se vive en las propias carnes. Realmente es un tema escabroso para hablar sobre él, pero me llama muchísimo la atención y realmente es sobre lo que me apetecía escribir, quizás en un intento de encontrar respuestas. Por suerte nunca me he encontrado en esa situación, pero si he conocido a personas que me confesaron que lo intentaron y a otras que simplemente no se atrevieron. ¿Qué puede llevar a una persona a autoliquidarse? Parece que el ser humano está programado para sobrevivir aun en la adversidad, parece que el instinto de supervivencia debería impedir que una persona se autodestruya como si fuera una máquina .Resulta curioso que los suicidios no se anuncien en prensa, esto es así porque al parecer el suicidio es contagioso. El que no se lo había planteado se lo plantea tras haber escuchado otros casos y lo valora como una solución a su desgracia.
Para suicidarse, ¿hay que ser muy valiente, muy egoísta o muy cobarde? Bien puede ser que para suicidarse haga falta cierta dosis de valentía pero creo que  lo que de verdad hace falta es una gran dosis de desesperación y una total falta de autoestima. Desde luego que yo ahora no tendría la fuerza para hacerlo, de hecho me resulta impensable pero muchos de los que se atreven lo hacen arrastrados por depresiones o estados de demencia que merman sus capacidades volitivas. Otros simplemente son cobardes, también hace falta cobardía para hacerlo, al fin y al cabo es una manera de eludir los problemas terrenales, una escapatoria para no afrontarlos, como si se pudiera coger la vida y tirarla a la papelera porque no nos gusta. Y también resulta una actuación egoísta, sin pensar en lo que se deja en la tierra, en las consecuencias que generará tu conducta, en el dolor que causarás a tus familiares y en el sentimiento de culpabilidad que acompañará a los que te querían que se repetirán todos los días ¿cómo no pude evitarlo?
Pero sobre todo es una conducta desagradecida, la vida es un regalo. Para los cristianos Dios nos la ha dado y debemos aprovecharla. No podemos disponer de ella como si fuéramos dioses. En mi opinión el suicidio no es una solución, es un error. Pero ¿podemos culpar o juzgar a los que lo hacen?, ¿alguna vez nos hemos sentido como ellos? Creo que habrá que distinguir entre aquellos que lo hacen bajo una enfermedad o depresión y aquellos que no. A los primeros no se les puede hacer culpables, no son dueños de sí mismos. Pero los que eligen el suicido como una solución fácil y cobarde caen en el error de desaprovechar la gran oportunidad de la vida. Caen en un error sin vuelta atrás. El suicidio no tiene nada que ver con la libertad. La libertad se ejerce  con la vida. La vida es un derecho que se nos ha concedido y ese derecho está unido al deber de vivir. No se puede disponer del derecho olvidándonos de la responsabilidad que conlleva
 La vida hay que vivirla. Y de hecho hay que vivirla lo mejor que podamos. La vida puede ser maravillosa.

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